jueves, 9 de junio de 2016

¡Larga vida a las manchas!

Huye veloz la noche amarga a esconderse entre las rocas,
Un horizonte guarda, el otro descansa,
Brillante como fuego ardiente, 
Desgarra el orbe arañado.

Florecen las montañas, 
De rosas y naranjas nevadas,
Poderosa arboleda que se eleva sobre dominios excelsos,
Centellean y mutan, verdes y azulados, y blancos de todo tipo.

Impresión francesa de mil colores, 
Como un trazo certero divide los dos mundos,
Uno arriba y otro abajo, 
Dos reinos y dos paletas. 

La calma ocupa el suyo, 
La vida el correspondiente,
Como pececillos helados, 
Los vapores revisten el mar pausado.

Ya se alcanza a distinguir entre sus formas, 
Plenitud y vacío, 
Criaturas de todo tipo brincan los campos, 
Hormigas laboriosas, afanadas en su ventura. 

¡Ya gobierna poderoso! ¡En su trono cabalgando!
¿Quién vería tantos mundos, sin candil tan soberbio?
¡Impresiones infinitas! ¡Manchas y más manchas!
Los colores lo ocupan todo… 

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